viernes, 2 de septiembre de 2011
Nadie más
Cuando terminó la conversación había perdido a su hijo.
Las semanas siguientes hizo nudos, reconociéndose, moviéndose como en bocanadas a través del pasado, repitiéndose.
Cuando terminó la conversación había perdido a su hijo.
Las horas siguientes intentó hacer espacios nuevos, lugares deshabitados. El dolor parece expandirse sin fin, ocupándolo todo por momentos. Pensó que si exploraba nuevas tierras y conquistaba nuevos territorios el dolor no llegaría allí. Las coartadas cortan filosas siempre por el lado más áspero.
Cuando terminó la conversación fue hasta el baño y se rapó la cabeza.
No había nadie más.
Nadie.
Más.
Patricia Bustelo
Septiembre 2011
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