patito

lunes, 16 de enero de 2012

Daba bronca

Daba bronca, que indefectiblemente, en los cuentos orientales alguien siempre aprendiera algo. Daba bronca, que pasara lo que pasara siempre tuviera un motivo. Su vida no era un cuento oriental, estaba claro. Sumando y restando horas, la cuenta no daba. Daba incluso más bronca, que en los cuentos orientales los personajes estuvieran vivos de la mejor forma, sin existir, y sin embargo vivos. Él no era un personaje de cuento oriental, sin dudas. Con su caminar vulgar, de vida vulgar y sin detalles simbólicos. Se representaba a sí mismo real, alejado de cualquier metáfora profunda. Daba bronca, que los cuentos orientales le gustaran tanto, y al cerrar el libro, todo ese mundo de olores y paisajes lejanos, se escondieran en algún lugar hermético. Caminando y sin más, daba bronca. La vida le debía esa oportunidad y él la reclamaría, a su tiempo.

Patricia Bustelo
Noviembre 2011

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