patito

sábado, 29 de octubre de 2011

Ocho vidas


Tenía la certeza de que en una cajita de madera pequeña, con cierre de metal oxidado, estaba guardada su esperanza.
No la quería abrir.
Da miedo la felicidad.
Conservó la cajita por años, cerrada, llevándola a todas sus casas, sus ocho casas en ocho años.
Y estaba ahí. Siempre a su lado en la mesita de noche, acomodada en un rincón. Sus ocho vidas de cristal nada tenían que ver con la cajita de madera envejecida. Sus ocho vidas repetidas, acumuladas en ocho grandes álbumes de fotos. Sus ocho vidas sin prestar, más propias que nada en el mundo, contenían a la cajita como si fueran ocho vidas de madera.
Pero no lo eran.
O todo lo contrario.
Algún día abriría la cajita, algún día pero no esa tarde.

Patricia Bustelo
Octubre 2011

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